"Renuncié al mundo y me encontré con Dios,
ahora Dios me envía al mundo"
Satya
Hay un tipo de sufrimiento que no viene de la carencia o del deseo. Hay un tipo de sufrimiento que es como un comezón, una sensación que permanece escondida en el ser humano y que puede manifestarse en momentos concretos de su vida llegando a intensidades desgarradoras para su alma.
Hablamos de un dolor intenso y profundo que es algo así como un recordatorio divino. Ese sufrimiento que queremos ocultar agarrándonos a los placeres y bienes mundanos, es una llamada al despertar. Sufrimos porque no vivimos de acuerdo a nuestra identidad real, sufrimos porque somos unos impostores para nosotros mismos.
Cuando esto es descubierto y aceptado tenemos la opción de la Liberación. Podemos decir Sí a la Verdad y dejar que Ella se manifieste.
Acompañar a los seres que son capaces de decir "sí", sería, por decirlo de alguna manera, nuestra misión.
La misión es por tanto, paliar el sufrimiento del ser que busca la Verdad, acompañándolo y apoyándolo en un mundo que no lo entiende, lo rechaza y parece poner obstáculos a su despertar.
Almas que se apoyan entre sí.
Demos gracias por esta gran Bendición.
BIENVENIDOS.